El amor a veces también se esconde
- Bárbara Balbo

- 31 oct 2022
- 1 Min. de lectura
¿Qué sería del camino sin nuestros pasos?
¿Qué sería del mar sin sus gotas de agua?
El desierto no existiría si no fuera por cada uno de sus granos de arena
y nuestro cuerpo no sería materia sin cada una de sus partículas;
así como nuestra vida sería muerte, si tan solo por un momento nos faltara amor.

—¿Dónde está el amor?— preguntas.
Mira los rincones donde duermen las palabras no dichas,
donde el ruido del mundo no llega,
donde incluso la ausencia guarda una forma que nos sostiene.
Mira dentro de ti, en tus recuerdos y en tus pensamientos:
allí lo encuentras; es tuyo, es nuestro, escondido en la textura de lo vivido.
El amor no se mueve solo; a veces se encierra entre grietas,
porque necesita la presencia de la valentía y el perdón para no perderse.
Buscarlo puede ser desorientador,
puede confundirte con espejismos,
pero no temas: sigue aquí, firme, latiendo entre tus manos,
y con cada paso que da sentido a tu andar, lo reconocerás.
Tendrás que ser chispas de luz que no temen caer,
tendrás que ser un hilo que sostiene un puente invisible,
tendrás que ser gota de agua;
tendrás que ser grano de arena.
Y así, aunque los segundos se derramen como mercurio,
al encontrarlo serás la suma de lo que sostiene cada instante,
te volverás centro y límite, y comprenderás la respuesta:
el amor nunca se fue; solo esperaba que lo vieras de otra manera.
Porque incluso cuando se oculta,
el amor enseña que su fuerzano está en ser evidente,
sino en aprender a redescubrirlo.
Porque el amor a veces también se esconde.