Naufragio compartido
- Bárbara Balbo
- hace 10 horas
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Naufragio compartido
Cuando el alma zozobra
y las palabras se hunden
en un mar sin orillas,
qué consuelo es hallar
una mano que no pregunta,
que simplemente está.
Hay honduras que no se dicen,
corrientes que arrastran sin aviso,
y en ese naufragio del ser
no busco un salvador,
sino un compañero de agua,
alguien que nade conmigo.
Que sepa escuchar el silencio,
leer las grietas del pecho,
empujar cuando flaquean las fuerzas,
y sostener, no desde arriba, sino al lado,
donde duele y donde late.
Es un arte habitar otro corazón
sin invadirlo, sin moldearlo.
Mostrar interés como quien riega
una planta que no es suya,
pero florece mejor
cuando se siente mirada.
Así te cuido, así te intuyo,
así confío que, cuando me hunda,
te acerques como corriente suave,
solo lo justo para recordarme
que hay cuerpos que flotan mejor
cuando saben acompañarse.